La comunidad extranjera de Vilcabamba, alarmada por la creciente inseguridad, exige a las autoridades medidas efectivas. La reciente marcha mostró la unidad que existe en la parroquia en la búsqueda de soluciones para conservar este pueblo mágico.
Vilcabamba, una parroquia de Loja conocida por su atractivo turístico y recientemente declarada «Rincón Mágico», enfrenta una creciente preocupación por la seguridad que afecta principalmente a su comunidad extranjera. Robert Ordóñez, organizador de una marcha realizada el lunes pasado, explicó que el evento buscaba llamar la atención sobre los recurrentes robos que afectan tanto a los residentes locales como a los extranjeros, especialmente a los de la tercera edad provenientes de Estados Unidos, Canadá y Europa.
En una entrevista para la alianza SR Radio, Radio Planeta y Diario La Hora, Robert Ordóñez destacó que la marcha se programó como respuesta a la ola de robos y asaltos que ha perturbado la tranquilidad de Vilcabamba. «Estamos cansados de los constantes robos a domicilios que se vienen suscitando en la parroquia, especialmente a la comunidad extranjera. Estas personas, muchas de ellas de la tercera edad, no pueden vivir con el miedo constante a la delincuencia«, afirmó Ordóñez.
Carl Marsan, representante de la comunidad extranjera, expresó su inquietud por la situación de inseguridad, señalando que muchos extranjeros están considerando regresar a sus países de origen debido a los frecuentes asaltos y robos. «La seguridad en Vilcabamba está comprometida, lo que afecta tanto a residentes como a turistas. Muchos extranjeros están viendo otras opciones para mudarse porque la situación aquí se ha vuelto insostenible», comentó Marsan.
Marsan, quien ha vivido en Vilcabamba durante 13 años, explicó que la comunidad extranjera está profundamente preocupada por los temas de seguridad, ya que los robos y asaltos no solo afectan su bienestar, sino también la economía local basada en el turismo. «Una persona de otro país compra una propiedad, construye una casa, arrienda una vivienda y no puede dormir en la noche porque suceden robos y hay mucha violencia. La comunidad extranjera en general está pidiendo más seguridad», agregó.
La marcha no solo buscaba visibilizar el problema, sino también presionar a las autoridades locales y nacionales para que tomen medidas efectivas. «Vilcabamba es un ente turístico, recién declarado ´Rincón Mágico´, y eso tenemos que cuidar. La marcha fue para reclamar a las autoridades que se centren más en Vilcabamba y que no dejemos que estos problemas de seguridad nos afecten a nivel nacional e internacional», afirmó Ordóñez.
En respuesta a la marcha y las demandas de la comunidad, las autoridades locales se comprometieron a mejorar la seguridad en la parroquia. Entre las medidas prometidas se incluye el envío de un nuevo patrullero y dos motocicletas adicionales para reforzar la presencia policial en Vilcabamba. «La gobernadora y el coronel ya han asegurado el envío de un nuevo patrullero a Vilcabamba, así como de dos motocicletas adicionales. Esto es un primer paso, pero necesitamos más acciones concretas», señaló Ordóñez.
Entre las soluciones propuestas por la comunidad están la instalación de sistemas de vigilancia y la formación de grupos de seguridad comunitarios que incluyan tanto a ecuatorianos como a extranjeros. Ordóñez y Marsan coincidieron en que la cooperación entre todas las comunidades es esencial para restaurar la tranquilidad en Vilcabamba y proteger su reputación a nivel internacional.
Marsan sugirió que los barrios deberían unirse para implementar medidas de seguridad como alarmas comunitarias y grupos de WhatsApp para alertar sobre actividades sospechosas. «La comunidad extranjera está dispuesta a colaborar, incluso económicamente, para mejorar la seguridad. Ya estamos viendo cómo invertir en sistemas de cámaras y alarmas comunitarias entre ecuatorianos y extranjeros», explicó.
Finalmente, Ordóñez hizo un llamado a las autoridades para que se comprometan a largo plazo con la seguridad de Vilcabamba. «No podemos seguir tapando estos problemas. Necesitamos soluciones de raíz y un compromiso real de las autoridades para garantizar que Vilcabamba siga siendo un lugar seguro y tranquilo para todos sus residentes y visitantes», concluyó. (YP)