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Esta actividad, que se realiza desde hace 24 años, es un espacio que ha crecido con el tiempo y un acto de fe que une a familias y comunidades de diferentes lugares que desean comenzar el año bajo el amparo de María.
La Diócesis de Loja invita a todos los fieles y devotos a participar en los actos religiosos organizados para dar inicio al 2025 en honor a la Santísima Virgen de El Cisne. Este tradicional evento, que ya se encuentra institucionalizado y que se celebra desde hace 24 años, tiene como punto central la Santa Eucaristía campal a realizarse el 1 de enero a las 10:00, en el Campo Mariano del Santuario Nacional de El Cisne.
Walter Heras, Obispo de la Diócesis de Loja, indicó que esta actividad forma parte del calendario litúrgico, siendo un espacio que ha crecido con el tiempo y un acto de fe que une a familias y comunidades de diferentes lugares que desean comenzar el año bajo el amparo de María. Además, destacó la importancia de esta celebración como un símbolo de esperanza y renovación espiritual, que fortalece los lazos entre los fieles y fomenta la solidaridad, la paz y la fraternidad.
El programa inicia a las 08:30 con el rezo del Santo Rosario por las calles de la parroquia de El Cisne. Posteriormente, a las 09:30, la venerada imagen de la Virgen será llevada en procesión desde el Santuario hasta el Campo Mariano, donde se celebrará la Eucaristía campal a las 10:00. Culminada la misa, la imagen regresará al Santuario, marcando el cierre de esta solemne jornada.
Origen de una tradición
El origen de esta festividad se remonta al año 2000, cuando el entonces rector del santuario, el Padre Juan Guanuche, propuso iniciar el año con una misa en honor a la Virgen. Lo que comenzó con alrededor de 200 asistentes dentro de la Basílica ha crecido exponencialmente, llevando a trasladar la celebración al Campo Mariano, un espacio más amplio y adecuado para acoger a los miles de devotos.
Para fomentar este evento, cada año, los priostes realizan un recorrido por diferentes ciudades del país con el propósito de dar a conocer esta iniciativa de manera más amplia. “Este crecimiento refleja la devoción y el amor de los fieles por nuestra Madre Santísima Virgen de El Cisne. Hoy es una de las tres grandes celebraciones campales que se realizan en el Campo Mariano durante el año”, indicó uno de los priostes principales.
La festividad del 1 de enero es una expresión de devoción mariana y una oportunidad para fortalecer los lazos familiares y comunitarios. “Sabemos que es un día especial, marcado por tradiciones familiares y celebraciones de fin de año, pero invitamos a todos a comenzar el año con esta bendición especial”, enfatizó el Obispo.
Preparativos
La organización de este evento cuenta con el esfuerzo conjunto de priostes, devotos y sacerdotes del Santuario. Para garantizar una experiencia cómoda y espiritual, se han dispuesto sillas y carpas para los asistentes, además de la atención espiritual a cargo de los sacerdotes.
Los organizadores también destacaron la importancia de preservar el ambiente espiritual durante las festividades, por lo que se invita a mantener el respeto en los espacios sagrados, evitar aglomeraciones innecesarias y colaborar con las directrices establecidas por los priostes y el personal del santuario.
El programa también contempla una eucaristía de acción de gracias a cumplirse el 31 de diciembre a las 21:00 en el Santuario de El Cisne, una celebración que antecede a los actos del 1 de enero y que también cuenta con gran participación de fieles. Esta ceremonia es considerada por muchos como una preparación espiritual que permite cerrar el año en paz y con gratitud hacia Dios.
Desde su inicio, esta tradición ha trascendido generaciones. Familias completas participan en los actos, inculcando en los más jóvenes el amor y la devoción por la Virgen de El Cisne. Con cada edición, el evento se consolida como un punto de encuentro para devotos que, motivados por su fe, viajan para estar presentes en este acto religioso.
De esta manera, la Diócesis de Loja y los priostes hacen un llamado especial a todos los devotos a unirse a este evento que simboliza tradición, esperanza y renovación espiritual.
