Esta bebida espesa y dulce, preparada con maíz, leche y especias, es parte esencial del desayuno de los lojanos. En el mercado Centro Comercial, el local “Morocho Time” conserva esta costumbre con una receta que ha resistido al paso del tiempo.
Pocos sabores evocan tanta nostalgia en Loja como el del morocho. Este tradicional preparado a base de maíz seco cocinado con leche, azúcar y canela, forma parte de la identidad culinaria de la ciudad. Su sabor dulce, su consistencia espesa y su aroma cálido lo han convertido en un infaltable de las mañanas, ya sea en casa o en los puestos de comida popular.
Más que una bebida, el morocho es una tradición que se transmite entre generaciones. Se sirve caliente y suele acompañarse de empanadas o pan, convirtiéndose en el desayuno perfecto para muchos. Prepararlo no es tarea sencilla: el maíz debe cocinarse durante horas, lo que requiere paciencia y dedicación.
Uno de los lugares donde esta tradición sigue firme es en el mercado Centro Comercial de Loja. Allí, desde antes de la pandemia, Oswaldo Barrazueta ofrece morocho bajo el nombre de “Morocho Time”, un pequeño local que se ha ganado el cariño de decenas de clientes cada día.
“El morocho se cocina toda la noche, porque el maíz seco es duro y hay que dejarlo bien cocido”, explica Oswaldo mientras sirve el preparado humeante. Cada jornada cocina entre 40 y 60 litros, y los días domingos puede atender a más de 100 personas. “Vienen señores, jóvenes, niños… a todos les gusta”, comenta.
La hora pico es de 7 a 9 de la mañana, cuando el mercado se llena de vida y el morocho se convierte en el combustible perfecto para empezar el día. Aunque no cuenta con servicio a domicilio, su clientela es fiel y constante, atraída por el sabor de siempre y la calidez del servicio.
Además del morocho, en su puesto también se ofrecen empanadas, café y horchata, pero es esta bebida tradicional la que destaca. “Mientras el sabor se mantenga, la gente siempre vuelve”, dice Oswaldo, orgulloso de mantener viva una costumbre que, en Loja, sigue tan fuerte como siempre.
Carmen Espinosa comenta que le encanta el morocho y que siempre trata de que su familia también lo consuma, porque es una bebida tradicional que le recuerda su infancia. Cada vez que visita el centro comercial, aprovecha para disfrutar del morocho cernido, acompañado de dos empanadas.
Finalmente, Oswaldo Barrazueta invita a los lojanos a seguir consumiendo este producto, que además de tener un exquisito sabor, es nutritivo y beneficioso para la salud.