Esperanza lleva la Asociación de Padres con hijos con Síndrome de Down

Esperanza lleva la Asociación de Padres con hijos con Síndrome de Down

A pesar de estos desafíos, la asociación ha crecido significativamente, promoviendo la inclusión y el desarrollo integral de los niños y jóvenes con esta condición.

En el marco del Día Mundial del Síndrome de Down, una jornada conmemorativa que se celebra anualmente el 21 de marzo, Maritza Morquecho, cofundadora de la Asociación de Padres con hijos con Síndrome de Down en Loja, destaca los desafíos que enfrentan las familias con niños que tienen esta condición.

La falta de espacios adecuados para su desarrollo, el escaso apoyo institucional y la discriminación social son algunas de las dificultades que han motivado la creación de esta organización.

«Nuestra comunidad se encuentra desprotegida. Nos faltan lugares donde los niños puedan desarrollar sus capacidades, recibir terapias y contar con apoyo multidisciplinario. El servicio público no cubre la demanda existente, y las familias enfrentan un camino solitario y lleno de incertidumbre», explica Morquecho.

Hace ocho años, junto con Lucía Zaragoza, otra madre de un niño con Síndrome de Down, identificaron la urgencia de organizarse para hacer valer sus derechos. La asociación nació con apenas seis familias y hoy ya agrupa a más de 60 en Loja, además de contar con integrantes en Zamora, Macas y El Oro. Su labor se centra en el acompañamiento a nuevas familias, la creación de espacios de inclusión y la promoción de actividades que permitan el desarrollo integral de los niños y jóvenes con Síndrome de Down.

La historia de Maritza es un ejemplo del camino que han recorrido muchas familias. Su hijo, Josué Rafael, fue diagnosticado con Síndrome de Down tras enfrentar una cardiopatía congénita. «Yo no sabía nada sobre esta condición. Me sentía abandonada y sin información. Fue esa angustia la que me llevó a buscar a otras madres y, al encontrarme con Lucía, decidimos crear un grupo para apoyarnos mutuamente», recuerda.

Uno de los logros más importantes de la asociación ha sido cambiar la percepción social sobre el Síndrome de Down y crear oportunidades para que los niños y jóvenes puedan desarrollar sus talentos. «Hace ocho años, nuestros hijos no aparecían en ningún espacio. Hoy los vemos en escuelas de música, en grupos de danza y en diversas actividades culturales. Han demostrado que pueden brillar con luz propia», enfatiza.

A pesar de los avances, la lucha por la inclusión continúa. «Todavía enfrentamos barreras y discriminación, pero hemos logrado mover el tapete y abrir espacios para nuestros hijos. Nuestro objetivo es que sean independientes, que puedan ir al cine, trabajar y tener una vida plena», afirma.

En este esfuerzo por la inclusión, la Escuela de Arte Inclusivo CreanDown se ha convertido en un referente, ofreciendo formación artística a niños con y sin discapacidad, sin necesidad de ser parte de la asociación. «Buscamos que cada niño desarrolle su potencial y que la sociedad entienda que la diversidad nos enriquece a todos», concluye Morquecho.

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