
El hermano Tiziano Cacigal García marcó un avance significativo en la educación ecuatoriana al aportar a la creación de la Modalidad Abierta y a Distancia de la UTPL, ofreciendo oportunidades a miles de estudiantes.
“Conocí al hermano Tiziano hace 50 años, cuando llegué al Ecuador en 1973. Desde entonces, supe que estaba destinado a dejar un legado. Con el hermano Santiago Fernández, fue parte fundamental de los inicios de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL). Más tarde asumió su dirección durante dos décadas, un periodo que marcó el crecimiento y la consolidación de esta institución con su característica sencillez, pero también con una visión clara y firme”, recordó el hermano Mariano Morante, uno de sus compañeros en la comunidad Marista.
El hermano Tiziano Cacigal García nació el 3 de marzo de 1937 en Las Heras de la Peña, Palencia, España. A los 11 años, inspirado por los valores de San Marcelino Champagnat, fundador de los Hermanos Maristas, decidió acercarse a la vida religiosa. A lo largo de su trayectoria, contó siempre con el apoyo de su familia, formada por sus padres, Pedro Cacigal y Alejandra García, su hermano José Luis, su cuñada Zoila Camacho y sus sobrinos Luis y Jaire.

Un líder que transformó la educación en Ecuador
En 1966, su vocación lo llevó a Ecuador, donde comenzó su labor en Quito. Sin embargo, su legado más significativo está vinculado a la UTPL, de la cual fue uno de los fundadores. Durante su periodo como canciller, entre 1976 y 1996, lideró proyectos que transformaron la educación superior en el país. Fue pionero en implementar la Modalidad Abierta y a Distancia, permitiendo que miles de personas, especialmente en comunidades remotas, accedieran a estudios universitarios.
“Tici”, como lo llamaban con cariño, fue también un educador apasionado, impartiendo clases de Matemáticas durante los primeros años de la universidad. Su cercanía con los estudiantes y su compromiso con el aprendizaje marcaron a quienes tuvieron el privilegio de conocerlo. Además, bajo su liderazgo, se crearon nuevas facultades y se fortaleció la infraestructura académica y cultural de la UTPL.
Compromiso comunitario y espiritual
El hermano Tiziano también dedicó su vida al servicio de los más necesitados. Fue una figura clave en el colegio Marista de Catacocha y en el Hogar Champagnat, donde trabajó arduamente para apoyar a jóvenes en situación de vulnerabilidad. Desde 2014, dirigió el programa radial Luz del Evangelio, un espacio donde compartía reflexiones bíblicas y fortalecía la espiritualidad de sus oyentes.
“Siempre tuvo un carácter alegre, expansivo y generoso. Enfrentó los desafíos con fortaleza y vivió según los valores de fraternidad y servicio que guían nuestra comunidad Marista”, añadió el hermano Morante.
Agregó que el hermano Tiziano tenía una capacidad extraordinaria para unir a las personas en torno a proyectos comunes. Siempre buscaba soluciones creativas a los problemas, ya sea en la gestión de la universidad o en las necesidades de la comunidad.
Era alguien que inspiraba confianza y motivación, y eso lo convirtió en un líder natural.
Su enfoque no era solo académico, también estaba profundamente comprometido con los valores humanos, lo que hizo que su labor tuviera un impacto duradero en quienes lo rodeaban, destacó.
Un legado artístico y cultural
Más allá de la educación y la espiritualidad, el hermano Tiziano fue un artista prolífico, dejando un legado de más de 3.000 pinturas. Su pasión por el arte surgió desde la infancia y creció con la influencia de artistas ecuatorianos como Eduardo Kingman. Sus obras capturan la esencia de la naturaleza y los valores humanos, reflejando su sensibilidad artística y su conexión con la cultura.
Una de sus exposiciones más destacadas, “El Pincel Marista”, se presentó en el Museo del Banco Central de Loja, mostrando su dedicación al arte. Además, su talento quedó inmortalizado en elementos icónicos de la UTPL, como la Cruz UTPL, el escudo institucional y el mural de la capilla, símbolos que reflejan la identidad de la universidad.
Un modelo de liderazgo
El hermano Tiziano dejó una huella indeleble en la UTPL y en la educación ecuatoriana. Su gestión equilibró austeridad y visión, garantizando el desarrollo de la institución sin comprometer la calidad ni las necesidades fundamentales. Su liderazgo, marcado por la humildad y el compromiso, es recordado como un ejemplo de cómo se puede transformar vidas y comunidades.
Hoy, a un mes de su partida al reino del Señor, su legado continúa vivo en las generaciones que se formaron bajo su guía, en las obras que enriquecieron la UTPL y en las comunidades que se beneficiaron de su entrega y amor por el prójimo. Será siempre recordado como un líder visionario, un artista talentoso y un servidor incansable de la educación y la fe.