Loja vivió una jornada inolvidable con la celebración de la Natividad de María

El domingo 8 de septiembre, Loja se llenó de devoción y festividad en la celebración de la Natividad de María, destacando por su importancia cultural y religiosa con eventos vibrantes a lo largo del día.

El domingo 8 de septiembre, Loja vibró con intensidad durante la celebración de la Natividad de María, un día marcado por la profunda devoción y el fervor cultural que caracteriza a esta festividad en honor a la Virgen del Cisne. Desde las primeras horas de la mañana, la ciudad se transformó en un escenario de alegría y espiritualidad, con actividades que reflejaron la importancia de esta tradición para la comunidad lojana.

Historia

La celebración de la Natividad de María en Loja tiene sus raíces en una profunda tradición religiosa y cultural que se remonta a la época colonial. La historia de la Virgen del Cisne comienza en el siglo XVI, cuando una imagen tallada de la Virgen María, conocida por sus atributos milagrosos, llegó a la región. Desde entonces, cada 8 de septiembre, la comunidad lojana celebra la Natividad de María con una serie de actos religiosos y culturales.

Celebración

El pasado domingo, la jornada comenzó a las 08h00 con las tradicionales mañanitas a la Virgen del Cisne. La Iglesia Catedral se llenó de música y color mientras artistas locales y nacionales, como Máximo Escaleras, Iván e Ivanna Peralta, Karla Espinoza y el mariachi Sol Azteca, ofrecieron un repertorio especial para celebrar el cumpleaños de la ‘Churona’. Las melodías resonaron en el aire, creando un ambiente de júbilo y gratitud que dio inicio a un día lleno de actividades.

A las 10h00, la festividad continuó con una solemne eucaristía campal en los exteriores de la catedral, presidida por Monseñor Walter Heras, obispo de Loja. La misa congregó a miles de fieles, quienes se unieron en oración y alabanza, demostrando una vez más la profunda devoción hacia la Virgen del Cisne. La ceremonia litúrgica fue un momento de reflexión y unión para la comunidad, subrayando el carácter espiritual y sagrado de la celebración.

El punto culminante del día llegó con el recorrido de la Sagrada Imagen por las calles céntricas de Loja. A mediodía, la Virgen del Cisne, adornada con flores y escoltada por una multitud de devotos, desfiló por las principales arterias de la ciudad. Este acto no solo es una manifestación de fe, sino también una expresión cultural que une a la comunidad en un vínculo común de veneración y tradición.

La jornada concluyó con la última Noche del Peregrino, un evento esperado con entusiasmo por los lojanos. La plaza central se convirtió en el epicentro de la celebración nocturna, con la quema de castillos como el acto principal. El cielo se iluminó con explosiones de color mientras se ofrecían danzas, música y actuaciones en vivo, culminando así una festividad que celebra tanto la devoción religiosa como la identidad cultural de Loja. (YP)

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