Mérito Científico para docente UTPL

Benito Valarezo, destacado docente e investigador de la UTPL, es reconocido con el Galardón ´Clodoveo Carrión Mora´ al Mérito Científico, por parte de la Prefectura de Loja.

Benito Eduardo Valarezo Valdez, docente e investigador de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), ha logrado un reconocimiento sobresaliente a lo largo de su carrera académica y científica. 

¿Cuénteme un poco sobre usted?

Nací en Loja. Tuve que trasladarme a otro pueblo para estudiar debido a la falta de colegios en mi localidad. Finalmente, me gradué como ingeniero químico en la UTPL.

Luego, obtuve una beca estatal para estudiar en Italia, donde realicé un doctorado en ingeniería química en la Universidad de Salerno. A mi regreso, comencé mi carrera docente en la UTPL, enseñando en diversas áreas de ingeniería. Mi enfoque de investigación se centra en los aceites esenciales, una pasión que ha sido parte integral de mi trabajo durante años.

¿Por qué decidió estudiar la carrera de Ingeniería Química? 

Cuando terminé el colegio, estaba un poco perdido. Mi familia, especialmente mi padre, era un firme creyente en la educación, a pesar de tener una educación limitada. Me insistieron en que fuera a la universidad, y así fue como terminé inscribiéndome en la UTPL. La verdad es que no sabía mucho sobre la universidad ni sobre las carreras que ofrecían. Afortunadamente, mi hermano ya estaba en la universidad y me ayudó a elegir ingeniería química, aunque yo no sabía mucho al respecto.

Aprendí dos lecciones importantes en ese momento. La primera es que debes aprender a amar lo que tienes y lo que eres, en lugar de buscar constantemente lo que parece mejor en otros lugares. La segunda lección es que la familia siempre busca lo mejor para ti, incluso cuando no lo ves de inmediato. Ahora, en retrospectiva, estoy agradecido por la orientación y el apoyo de mi familia en esa decisión.

¿Qué reconocimientos ha obtenido a lo largo de su carrera profesional?

Llevo 17 años trabajando en la UTPL. A lo largo de estos años, he recibido varios reconocimientos. Uno de ellos fue como el mejor graduado de mi escuela. Luego, en 2013, recibí dos premios como mejor investigador del Ecuador, uno en la categoría de Ciencias de la Salud y otro como el mejor investigador global, abarcando todas las disciplinas.

En 2021, recibí dos premios nacionales en innovación, uno como mejor inventor y otro por la mejor invención. Además, también fui reconocido con el  Galardón ´Clodoveo Carrión Mora´ al Mérito Científico, por mi trayectoria científica. Este premio lleva el nombre de Clodoveo Carrión Mora, un destacado científico lojano del siglo XIX que realizó importantes contribuciones en el campo de la biología y la botánica, y que es considerado uno de los primeros científicos ecuatorianos en publicar en revistas internacionales.

El premio que recibí está relacionado con mi trayectoria científica en general. Este reconocimiento se basa en una acumulación de acciones científicas, innovaciones, transparencia y tecnología a lo largo de los años. 

¿Qué es para usted la docencia?

La docencia es un trabajo muy gratificante y alentador. A diferencia de otros campos, en la docencia no hay margen para el error; lo que enseñas marca a las personas de por vida. Es un desafío trabajar con personas, pero también es muy satisfactorio. 

Como docente, nos formamos no sólo en términos de conocimiento, sino también en ética y moral. La transmisión del conocimiento es esencial; si no lo compartes, no aumenta. La imagen del profesor que lo sabe todo debe desaparecer, ya que el conocimiento está en constante evolución. 

Formar a personas es una tarea gratificante, y ver la gratitud y el interés de los estudiantes es lo que nos impulsa, motivar a los estudiantes es fundamental, especialmente cuando se trata de temas difíciles. 

¿Qué desafíos ha enfrentado en su carrera como docente y científico y a estos como los ha podido superar?

El Ecuador enfrenta desafíos globales en múltiples campos, y como individuos, debemos elegir nuestra pequeña contribución. En mi caso, me enfoqué en el estudio de aceites esenciales. Si bien los desafíos son abundantes, también lo son las oportunidades para aplicar la tecnología global en beneficio local. Los docentes universitarios compartimos el desafío global de servir a la sociedad a través de la educación. Cualquier problema o desafío que se nos presente debe abordarse desde la perspectiva de cómo podemos hacerlo mejor para beneficiar a la sociedad.

La universidad, ya sea pública o privada, tiene la misma finalidad, servir a la sociedad. A pesar de que enfrentamos recursos limitados en Ecuador, estamos creciendo rápidamente en investigación e innovación. Sin embargo, nuestro ecosistema aún es joven y necesita crecer en conjunto. La colaboración entre instituciones públicas y privadas es esencial para acelerar este crecimiento y superar los desafíos. 

¿Qué colaboración o proyecto de investigación ha sido especialmente gratificante para usted?

Participé en un proyecto de investigación sobre el Palo Santo, un árbol utilizado para producir incienso, en Zapotillo, Manabí. Fue gratificante debido a la exitosa colaboración entre empresa, universidad y comunidades locales. Las comunidades poseían los árboles, la universidad proporcionó tecnología y la empresa Natura brindó recursos.

Trabajar con la comunidad de Zapotillo, especialmente con Malvas, fue enriquecedor. Exportamos aceite esencial de Palo Santo durante algunos años como resultado. En resumen, esta colaboración exitosa tuvo un impacto positivo en la región.

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