‘Nos resistimos a morir, son más de 55 años en esta actividad’

‘Nos resistimos a morir, son más de 55 años en esta actividad’

En el Día Internacional del Trabajo, una fragua ancestral en Loja, dirigida por Vinicio Ayora y su tío Patricio Tene, destaca como símbolo de esfuerzo y tradición en el centro de la ciudad.

En el Día Internacional del Trabajo, mientras el mundo celebra los logros laborales y reflexiona sobre el futuro del trabajo, una historia de tradición y resistencia se destaca en el corazón de Loja. Vinicio Ayora Tene, un hábil herrero, y su tío Patricio Tene Sánchez, han mantenido viva una fragua ancestral durante más de tres décadas. La Fragua, que lleva más de medio siglo en funcionamiento, es un legado de Porfirio Clemente Tene Capa, abuelo de Vinicio Ayora, quien ahora la dirige junto a su tío.

Ubicada en el centro de la ciudad, en la calle Colón y Sucre, esta herrería ha sido un pilar en la comunidad, ofreciendo instrumentos para la agricultura y la construcción. La fragua, una reliquia histórica, ha resistido los embates del tiempo y la modernización, conservando su identidad en medio de la evolución urbana. Aunque la demanda de herramientas artesanales ha disminuido con la industrialización, esta familia ha perseverado y mantenido viva la llama de la tradición.

Ayora expresó con emoción: «La fragua es más que un taller; es un símbolo de la resistencia y el orgullo familiar. Cada golpe de martillo sobre el yunque nos conecta con nuestras raíces y nos recuerda el legado de nuestros antepasados».
El artesano recuerda con cariño cómo recuperaron el yunque de su abuelo, que ha sido testigo de generaciones de trabajadores y golpes de martillo. A pesar de los desafíos, encuentran satisfacción en ser reconocidos por su dedicación y artesanía, recibiendo elogios de clientes y extraños por igual.

Sin embargo, la modernidad y la falta de apoyo plantean desafíos para la preservación de este patrimonio cultural. Aunque han resistido los intentos de trasladar la fragua a la periferia de la ciudad, el futuro de este icónico taller podría tambalear. En un mundo cada vez más enfocado en la eficiencia y la producción en masa, la artesanía tradicional lucha por mantenerse relevante. Con determinación el lojano mencionó: «Nos hemos resistido a morir. A pesar de las presiones para modernizarnos, optamos por mantenernos fieles a nuestras raíces y conservar esta fragua como un legado para las futuras generaciones”.

En medio del bullicio de la calle Colón, la fragua sigue siendo un oasis de tradición y artesanía. Con una historia que se remonta a más de medio siglo, este taller es más que un lugar de trabajo; es un símbolo de la identidad y el patrimonio de Loja.

Superando las adversidades, estos aguerridos maestros tienen un mensaje para la juventud: valorar las habilidades artesanales y busquen emprender sus propios negocios. Ayora insta a las autoridades y a los padres a apoyar las vocaciones tradicionales y a fomentar la creatividad y el espíritu emprendedor entre los jóvenes. En un mundo en constante cambio, la preservación de la historia y la cultura es esencial para garantizar un futuro rico en diversidad y tradición.

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