Once días de incendio forestal en Quilanga

Once días de incendio forestal en Quilanga

El incendio forestal en Quilanga, Loja, lleva once días activo, destruyendo más de 6.000 hectáreas, afectando viviendas y poniendo en riesgo la vida de los habitantes y socorristas.

Este lunes 2 de septiembre se cumplen once días desde que un devastador incendio forestal se desató en el barrio Santa Rosa, parroquia San Antonio de las Aradas, en el cantón Quilanga, provincia de Loja. Lo que comenzó el 23 de agosto como un pequeño foco de fuego, rápidamente se convirtió en un desastre natural que ha destruido más de 6.000  hectáreas de vegetación, arrasando con plantaciones agrícolas, áreas boscosas y viviendas.

El incendio continúa avanzando hacia barrios aledaños a la cabecera cantonal, como El Saraque, Guacupamba y Los Alisos, poniendo en riesgo a 50 familias. Los esfuerzos para combatir las llamas, incluidos los realizados por los aviones cisterna y helicópteros provenientes de Perú, se vieron obstaculizados este domingo debido al mal clima. Según la Secretaría de Gestión de Riesgos, la cifra de hectáreas consumidas ha aumentado a 6.850, lo que resalta la magnitud del desastre que aún no ha sido controlado.

El desarrollo del desastre

El incendio, que inicialmente parecía estar bajo control, reavivó con fuerza el 27 de agosto, convirtiéndose en un flagelo incontrolable. A pesar de los esfuerzos de los bomberos y brigadas locales, las llamas se extendieron rápidamente, consumiendo todo a su paso y causando daños millonarios. Dos viviendas fueron reducidas a cenizas, y varias familias tuvieron que ser evacuadas para evitar una tragedia mayor.

El impacto sobre la población ha sido devastador. Entre los afectados, un bombero de Zamora sufrió quemaduras en el 35% de su cuerpo mientras intentaba combatir las llamas. Rommel Merchán, un agricultor local, perdió su granja avícola, con aproximadamente 6.000 pollos, lo que representa una pérdida de cerca de USD 50.000.

Esfuerzos de contención

La magnitud del incendio ha requerido una respuesta coordinada tanto a nivel nacional como internacional. Equipos de vuelo de Ecuador y Perú han trabajado intensamente para tratar de controlar el fuego desde el aire. Perú ha desplegado dos helicópteros MI-17 equipados con Bambi Bucket y dos aviones C-27J Spartan, capaces de realizar descargas de agua sobre las zonas más afectadas. A estos esfuerzos se han sumado brigadas de bomberos de diversas provincias ecuatorianas, como Cañar, Loja y Zamora Chinchipe.

El gobierno ecuatoriano también ha movilizado recursos para apoyar a las comunidades afectadas. El Ministerio de Economía y Finanzas transfirió USD 188.000 a la municipalidad de Quilanga, destinados a enfrentar la emergencia.

Consecuencias sobre la salud

El impacto en la salud de los habitantes ha sido significativo. La exposición al humo ha causado problemas respiratorios y oculares en la población, especialmente en los cantones de Espíndola y Quilanga, donde la calidad del aire ha disminuido drásticamente debido a los altos niveles de partículas finas (PM 2.5). Hasta el momento, el Ministerio de Salud Pública ha atendido a 147 personas con afecciones relacionadas al incendio. Para mitigar los efectos de la bruma, se han distribuido mascarillas y gafas entre la población afectada.

Se suma ayuda  internacional

La gravedad de la situación ha llamado la atención de la comunidad internacional. El Gobierno de Colombia envió un avión con suministros y personal especializado para apoyar en la extinción del incendio. Entre los recursos enviados se incluyen sistemas Guardian Caylym, Bambi Bucket, y una piscina con capacidad para 10.000 galones de agua. Además, cinco oficiales y suboficiales de la Fuerza Aérea Colombiana fueron desplegados en la zona para capacitar a sus pares ecuatorianos en el uso de estos sistemas.

A pesar de los esfuerzos, el incendio sigue activo y continúa amenazando a las comunidades de Quilanga. Las operaciones de extinción continúan con la esperanza de controlar el fuego en los próximos días. Sin embargo, la recuperación total de la zona afectada tomará tiempo, y las autoridades locales y nacionales trabajan incansablemente para asegurar la seguridad de los habitantes y restaurar la normalidad en la región.

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