
La vía inconclusa, que debía ser un motor para la economía local, se ha convertido en un símbolo de abandono y desidia, afectando gravemente la vida de los 3.500 habitantes de Santa Rufina.
Santa Rufina, una parroquia rural del cantón Chaguarpamba en la provincia de Loja, enfrenta serias dificultades debido a la mala condición de sus vías. A pesar de su riqueza agrícola, los habitantes de esta comunidad han expresado su inconformidad con las autoridades provinciales por el estado de abandono de algunas carreteras cruciales para la economía y la vida diaria de la parroquia.
Ángel Armijos Espinosa, vocal de la Junta Parroquial de Santa Rufina, ha manifestado la necesidad urgente de declarar un estado de emergencia y solicitar la atención inmediata de las autoridades. A pesar de las promesas y esfuerzos iniciales, la vía en Santa Rufina fue abierta y luego dejada en un estado deplorable. Tras cinco años de intentos fallidos la carretera permanece inacabada, con tramos llenos de huecos, alcantarillas destapadas y un terreno que se ha deteriorado considerablemente con el paso del tiempo y las inclemencias del clima.
La empresa AsphaltVias CIA. LTDA., encargada de la obra bajo contrato con la Prefectura de Loja, debía entregar la vía terminada en diciembre de 2022. Sin embargo, en octubre del mismo año, la empresa se declaró en quiebra. En 2023, el contrato de construcción para las vías Pueblo Nuevo-Santa Rufina y Cuatro Caminos-Mizhquillana, con una inversión inicial de USD 3’406.493, fue terminado unilateralmente. El prefecto saliente en ese momento, Rafael Dávila, anunció un nuevo proceso de contratación. Sin embargo, el proceso se ha estancado, y las nuevas autoridades aún no han dado una fecha de inicio para las reparaciones.
El estado de las vías ha dejado a Santa Rufina en una situación crítica. Armijos detalló: «Nuestra parroquia es 80% agrícola y las condiciones de la carretera dificultan enormemente el transporte de productos a las ciudades. La vía está llena de huecos y las alcantarillas están en mal estado, especialmente durante el invierno».
La situación se agrava con la llegada de la temporada de lluvias, que ha empeorado el estado de las vías y el sistema de alcantarillado, afectando a 3.500 habitantes de Santa Rufina y a los casi 2000 habitantes de Mizhquillana . «Las aguas servidas brotan en la vía y esto preocupa por las enfermedades que pueden surgir. Además, el polvo se ha vuelto insoportable», añadió Armijos.
La comunidad está unida en su reclamo. «Queremos que la prefectura actual nos dé una fecha de inicio para las reparaciones. Si no obtenemos una respuesta, planeamos viajar a Quito para buscar soluciones de las autoridades nacionales», concluyó Armijos.
Santa Rufina, un enclave de riqueza agrícola, espera que sus demandas sean escuchadas y que las autoridades actúen de manera inmediata para resolver esta crisis que afecta tanto la economía local como la calidad de vida de sus habitantes. (YP)