Ingeniera ambiental alerta que la falta de mantenimiento y planificación adecuada deja a la ciudad vulnerable ante futuros fenómenos extremos.
En Loja se vive una situación crítica tras el colapso de un puente clave para la movilidad urbana y, según Priscila González Briceño, Ingeniera Ambiental y docente de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), ha puesto en evidencia la falta de mantenimiento en las infraestructuras hídricas.
Las intensas lluvias de los últimos días han provocado crecientes históricas en los ríos Malacatos y Zamora, lo que ha generado inundaciones y debilitado estructuras esenciales para la seguridad de la ciudad.
La experta subraya que el derrumbe es el resultado directo de años de inacción y descuido. “El colapso de este puente es el reflejo de una política de mantenimiento insuficiente que ha dejado vulnerable a nuestra ciudad ante fenómenos climáticos extremos,” afirmó.
Asimismo, la especialista destacó que los muros de contención del río Malacatos, construidos entre 1951 y 1958, no han sido modernizados ni reforzados adecuadamente para resistir la intensidad de las lluvias actuales.
“Aunque se realizaron algunos refuerzos en el pasado, estos han sido esporádicos y no han logrado equiparar la magnitud de los eventos recientes,” explicó la experta.
También puso de relieve la ausencia de un plan integral de drenaje pluvial y de un sistema de monitoreo de caudales, elementos que, de contar con una gestión adecuada, podrían prevenir desastres similares en el futuro. “Sin una estrategia basada en datos y una gobernanza eficiente del agua, seguiremos enfrentando emergencias que ponen en riesgo a nuestra comunidad,” comentó.
La problemática va más allá de la infraestructura deteriorada, ya que se trata de una falta de coordinación y corresponsabilidad entre las autoridades y la ciudadanía para gestionar de manera sostenible los recursos hídricos. “La planificación urbana debe integrar la gestión del agua como eje central para garantizar la resiliencia de la ciudad y evitar tragedias recurrentes,” concluyó la catedrática.
El colapso del puente en Loja es, en palabras de Priscila González, una llamada urgente a la acción para modernizar y reforzar la infraestructura, adoptando medidas estructurales y preventivas que protejan a la población frente a eventos climáticos extremos.