
El sector lechero de Loja enfrenta una caída del 60% en la producción, afectado por la sequía y los incendios forestales. La falta de pastizales y agua complica la recuperación de los ganaderos.
El sector lechero de la provincia de Loja atraviesa uno de sus momentos más críticos. Jean Ojeda, director del Departamento de Desarrollo Productivo de la Prefectura, señaló que la disminución en la producción alcanza hasta el 60%, afectando a miles de pequeños y medianos ganaderos en la región. “Normalmente, la sequía es común en estos meses del año, pero este año ha sido particularmente severa. La falta de lluvias en los meses de invierno ha reducido drásticamente la producción de leche”, explicó Ojeda.
Normalmente, la provincia produce alrededor de 150 mil litros de leche al año, pero este 2024 se enfrenta a una merma del 50% al 60%. Esto implica que la producción ha disminuido hasta en 90 mil litros, complicando la sostenibilidad de los pequeños y medianos ganaderos. Además, se estima que más de 210 mil animales en la región se han visto afectados por la reducción en los pastizales.
“Los incendios forestales han afectado zonas críticas como San Antonio de las Aradas y Fundochamba, dejando a los ganaderos sin forraje para alimentar a sus animales. No podemos sembrar pasto ahora, porque no hay la lámina de agua suficiente para que germinen las semillas”, detalló Ojeda.
La recuperación inmediata no es posible. El director subrayó que la única solución viable a corto plazo es esperar la llegada de las lluvias en diciembre, las cuales podrían restaurar los pastizales. Mientras tanto, se ha hecho un llamado a los ganaderos a almacenar forraje en épocas de abundancia mediante técnicas como el ensilaje para prevenir crisis futuras.
Desafíos
Según Ojeda, el prefecto Mario Mancino ha comprometido apoyo a las zonas afectadas por los incendios, pero la magnitud del problema supera las capacidades de respuesta inmediata de la institución. “No es competencia directa de la prefectura lidiar con las consecuencias de los incendios forestales. Sin embargo, estamos ofreciendo apoyo emergente con proyectos plurianuales para la reactivación agropecuaria, empezando con un presupuesto de 170 mil dólares a partir de 2025”, informó.
El proyecto de reactivación no será suficiente para cubrir las pérdidas totales, pero se espera que alivie la situación en las zonas más afectadas. Aun así, el proceso de recuperación es incierto y los ganaderos, que ya venían sufriendo por la baja productividad, se encuentran en una situación económica precaria. “El problema no es solo la disminución en la producción de leche. También estamos viendo una baja en la producción de carne, ya que los animales pierden peso al no tener suficiente alimento”, añadió Ojeda.
A nivel provincial, cantones como Saraguro, Loja, Calvas y Paltas son los más afectados, tanto en la producción de leche como en otros productos agropecuarios. La prefectura ha implementado programas como las escuelas de campo, enfocadas en enseñar a los productores técnicas de conservación de forrajes y manejo eficiente de los recursos hídricos, pero estos esfuerzos se ven limitados por la falta de fondos y las complicaciones climáticas.
Incremento de precios y afectación a la cadena de frío
La disminución en la producción lechera ha generado un aumento de precios, reflejando la baja oferta en el mercado. “Esto no es algo exclusivo de Loja, ocurre a nivel nacional. Cuando la producción cae, inevitablemente los precios suben”, explicó Ojeda.
Uno de los problemas adicionales que ha surgido es la interrupción de la cadena de frío debido a los apagones programados todo el país. Aunque no se encuentra dentro de las competencias de la prefectura, Ojeda destacó la importancia de mantener esta cadena para asegurar la calidad de la leche. “Este problema debe ser regulado por Agrocalidad, pero es algo que afecta directamente a los pequeños productores, quienes dependen de la electricidad para mantener la leche en condiciones óptimas para su distribución”, subrayó.
Ante el panorama venidero, Ojeda se muestra cauteloso. Si bien la llegada de las lluvias en diciembre podría ayudar a la regeneración de los pastizales, el cambio climático sigue siendo una amenaza constante para el sector productivo de la provincia. “Lo que estamos viendo ahora es solo una muestra de lo que el cambio climático puede hacer. Tenemos que estar preparados para enfrentar estos eventos de manera más organizada”, advirtió.
Para el 2025, la prefectura ha duplicado sus esfuerzos en la planificación de proyectos de reactivación productiva. Sin embargo, Ojeda hizo un llamado a los ganaderos a organizarse y trabajar en conjunto con los gobiernos parroquiales para poder acceder a más recursos. (YP)