El burnout laboral es un estado de agotamiento extremo que afecta a muchos trabajadores en todo el mundo. Este agotamiento es el resultado de una exposición prolongada al estrés en el entorno laboral.
Prevenir el burnout implica crear un entorno laboral que promueva el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, así como el bienestar emocional y mental de los empleados y empleadores. Una de las estrategias clave es establecer límites claros en cuanto a las horas de trabajo, evitando así el sobreesfuerzo y asegurando tiempo suficiente para la desconexión y el descanso.
Cuando no existe un equilibrio en el trabajo, y la persona tiene una carga laboral extrema, la misma se ve afectada en su salud y se manifiesta con síntomas físicos, emocionales y mentales que afectan el bienestar de los individuos. Los síntomas más comunes del burnout incluyen fatiga extrema, desmotivación, falta de concentración, irritabilidad y problemas de sueño.
Que los empleadores busquen recursos como asesoramiento, talleres de manejo del estrés y programas de bienestar ayuda a los empleados y a sí mismos, a gestionar mejor las presiones del trabajo, promover la comunicación abierta sobre los desafíos y preocupaciones relacionadas con el trabajo permite a los empleados expresar sus necesidades y buscar soluciones conjuntas, creando un ambiente de confianza y respeto.
Las empresas que comprenden la importancia de abordar la salud mental en el entorno laboral pueden desempeñar un papel crucial en la prevención del burnout. Este apoyo es fundamental para que los trabajadores enfrenten los desafíos laborales con mayor resiliencia y bienestar, fortaleciendo su capacidad de adaptación y rendimiento.
Promover una cultura organizacional que valora la salud emocional no solo protege el bienestar de los empleados, sino que también fortalece el rendimiento y el ambiente laboral de la empresa. (DC)
El dato
Los síntomas más altos de burnout laboral se detectaron durante la pandemia del 2020.